Viajar te enseña a mirar distinto y transformar tus experiencias en historias visuales
- Cintia Marques
- 20 oct
- 3 Min. de lectura
Hace poco volví de mi viaje a Perú, y como siempre, regresé con memorias llenas… la del teléfono, la de mi cámara y la mía propia.

Mientras caminaba por las calles de Cusco, con sus colores vibrantes, su arquitetura, su gente, me recordaba de que viajar siempre nos enseña algo: a mirar distinto. A valorar el estar aquí y ahora. A detenerse, a observar la luz, los gestos de la gente, los detalles que pasan desapercibidos. Cada momento es único… y cada momento es una historia esperando ser contada.
No es solo el lugar y sus espacios, es también su gente, su rutina, sus colores, aromas y miradas.
Esto no solo aplica a los viajes, también es una estrategia de vida y de negocio: aprender a ver lo cotidiano con ojos nuevos, descubrir belleza en los detalles y creatividad donde otros solo ven rutina.
Durante este viaje recordé a algunas de mis alumnas y clientes, y cómo sus historias me inspiran a mirar diferente:
Una de mis alumnas estaba por viajar al norte de Europa para ver la aurora boreal y me escribió antes de su viaje:
“Cíntia, quiero aprender a usar mi iPhone para capturar lo que voy a vivir.”
No quería solo fotos lindas. Quería sentir las imágenes, poder volver a mirarlas y revivir la experiencia de ese momento tan mágico e irrepetible.
Otra alumna tiene una agencia de viajes, y juntas estamos trabajando con su cámara mirrorless para crear contenido auténtico de los lugares que visita. Su objetivo no es solo vender viajes, sino mostrar los detalles de cada destino, el día a día local, conectar con las personas que habitan esos espacios.
En ambas historias hay algo en común:
Mirar con intención, usar la cámara (o el celular) como una extensión de nuestro sentir, de lo que estamos viviendo en aquel momento.
Claro que no todas las fotos muestran lo increíble que lo pasamos. Pero algunas cosas podemos observar para mejorar nuestras imágenes y contar mejores historias. Lo que recomiendo a mis alumnos:
Primero vive el momento. Siente el instante, conéctate con el paisaje, con la experiencia. Lo más importante es vivirlo y recordarlo, antes de preocuparte por hacer la foto.
La luz cambia todo. La hora del día, el clima… cada situación genera una sensación distinta.
Los detalles conectan más. Una sonrisa, una sombra o una textura a veces cuentan más que un gran paisaje repetido mil veces por turistas. Pregúntate: ¿qué foto solo tú viste?
No necesitas ir lejos para mirar distinto. Puedes empezar con tu celular, en tu ciudad o región.
Tu mirada es única. Es tu activo más valioso. Cada persona percibe el mundo desde sus experiencias, sus vivencias y lo que quiere transmitir. Ninguna inteligencia artificial puede replicar eso.
Contar historias visuales es mucho más que tomar fotos: es ordenar tus pensamientos y sensaciones en un principio, medio y fin. Piensa en cómo contarías una historia con palabras, luego imagina qué imágenes la ilustrarían. De ahí, busca esas imágenes con tu cámara o celular. Cada click puede ser un párrafo; cada párrafo, una foto. Así se construye una secuencia visual lógica y emocional, que captura no solo lo que ves, sino lo que sientes.
Recuerda, primero vive el momento. Siente el instante, conéctate con el paisaje, con la experiencia. Lo más importante es vivirlo y recordarlo, antes de preocuparte por la foto.
Valido para tus viajes, válido para tu día a día, válido para tus negocios, válido para tu marca. Hablando de viajes... salidas y expediciones fotográficas, es un área que me gustaría mucho desarrollar para unir dos de mis grandes pasiones: la fotografía y los viajes.
Me encantaría comenzar a organizar y promover actividades en grupo para quienes, como yo, necesitan un panorama diseñado para salir a fotografiar. Pienso en recorridos con los tiempos perfectos, donde podamos elegir las mejores horas de luz para las visitas y, en fin, todo lo que un viaje de paquete tradicional simplemente no entrega.
Mi intención es diseñar expediciones fotográficas para que nos sumerjamos por completo en destinos que despiertan la creatividad, con la tranquilidad de que nadie te apurará por quedarte atrás haciendo una foto... ¡te lo prometo!
Y ahora, cuéntame tú: ¿Qué tipo de destino te atraería más para una aventura fotográfica? ¿Hay algún lugar en el mundo que siempre has soñado con capturar con tu cámara?
¡Deja tus ideas aquí abajo en los comentarios! Tu opinión me servirá muchisimo para armar el plan de ruta y empezar esta gran aventura.
Y si, mientras todo esto se organiza, te animas por unas clases de fotografía personalizadas para afinar tu mirada, revisa mis servicios aquí:
































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